Eduardo Kohn: “Vemos con alarma este brote antisemita”

26/May/2015

El País

Eduardo Kohn: “Vemos con alarma este brote antisemita”

En un reciente encuentro internacional
celebrado en Israel, los representantes de distintos países analizaron la
situación. El estado de cosas es notoriamente peor en Europa, en algunos de
cuyos países se llevaron a cabo sangrientos atentados terroristas como los
ocurridos a principios de año en Francia, o los de Bélgica. Pero más allá de
estos hechos extremos, episodios con mayor o menor grado de violencia se vienen
registrando en distintos países. Miles de judíos resolvieron migrar a Israel
por ello.
—¿De qué situación dieron cuenta los
representantes de los países europeos en los que hubo graves ataques?
—Se vio que no solo es alarmante hoy sino que
las perspectivas no son halagüeñas. A pesar de que hay subrayar, porque ese es
un cambio importante si hablamos desde hace 70 años atrás, en los países
democráticos los gobiernos luchan contra ese flagelo de la discriminación. O
sea, la comunidad judía local, que es la perseguida en este tema, sabe que no
hay un antisemitismo de Estado. Sin embargo, hubo un atentado violento en
Bélgica con muertos, hubo ese horroroso atentado en París donde la gente que
estaba en un supermercado fue asesinada. En Francia, a pesar de que estuvo el
alcalde de París presente en este congreso diciendo que para ellos es una
enorme vergüenza nacional lo ocurrido y que van a luchar con todas sus fuerzas
para que esto no suceda, la realidad son los hechos. El año pasado de la
comunidad judía se fueron a Israel se fueron siete mil personas, son muchas
familias, y este años se van a ir más de diez mil, se estima que casi quince
mil judíos. Eso es algo inaudito para personas que no necesitan inmigrar.
—¿Cuál fue la última corriente migratoria que
recibió Israel?
—Fue la de los judíos rusos, cuando la caída
del Muro y la disolución de la Unión Soviética, o sea que estamos hablando de
más de dos décadas. Y ahora se encuentra, toda la población judía de Malmö,
Suecia, 1.500 judíos que fueron perseguidos en forma salvaje ahí sin que el
alcalde hiciera nada. Es muy difícil vivir con miedo, eso lo sabemos todos, lo
sabemos los uruguayos que nos tocó vivirlo en otras épocas y sabemos que eso no
es una buena sensación. Pero tenemos también ejemplos muy complejos en
Alemania, ya vimos en Bélgica, los tenemos en España. La diferencia, insisto,
es que ahí las comunidades sienten que la reacción del gobierno no solo es
fuerte, como en Francia, sino que además es efectiva. Dentro de Francia existen
problemas que no son culpa del gobierno actual, pero hay un partido de extrema
derecha liderado por Marine Le Pen, antes por su padre Jean Marie Le Pen, con
una prédica muy dura y tienen una cantidad de votos muy importantes. Entonces
si hoy tienen miedo, la perspectiva de miedo de futuro aumenta muchísimo, eso
está claro. Por lo tanto, evidentemente, todos los que concurrimos vemos con
enorme alarma este brote.
—¿Y qué dijeron los imanes musulmanes
invitados a propósito de estos temas?
—Cuando hablaron los imanes, de Francia o
Inglaterra, nos encontramos con un miedo diferente, pero no es un miedo menos
vergonzoso para lo que es la democracia que debería tener a esta altura mucho
más claro cómo defenderse de las agresiones. Los imanes hablan de una religión
de paz, pero ellos no tienen mayoría en sus mezquitas, las mayorías los agreden
y ellos también tienen miedo. ¿De quién tienen miedo ellos, de los antisemitas?
No, de ellos solo tienen miedo los judíos, tienen miedo de su propia gente que
los consideran traidores por su prédica, y bueno, la discriminación contra la
mujer que predica el antisemitismo. Con lo cual, cualquier elección que haya
hoy en Europa, parlamentaria o presidencial, la miramos como muy trascendente
como se la miró a la de Inglaterra hace poco y se va a mirar a la de España y
ni que hablar a la de Francia, para ver de qué manera los gobiernos son capaces
de enfrentar algo que Europa no debería tener después de lo que Europa vivió no
solo en la Segunda Guerra Mundial, antes y por muchos años después con los
países del este, del comunismo, y años después con los países de la ex
Yugoslavia.
—En estas latitudes, ha habido algunos
episodios de antisemitismo, incluso en países muy cercanos. En Argentina en
torno a hechos trágicos como la muerte del fiscal Alberto Nisman que dio lugar
a diversas reacciones antisemitas, ¿cómo se evaluó esto ?
—Nos tocó a nosotros, justamente, hacer la
presentación de América Latina sobre una visión general para después ir país
por país, y evidentemente no es lo mismo que nosotros podíamos exponer hace
diez años. En este momento, lo que ha sucedido en los últimos meses en
Argentina prende las alarmas en muchos sentidos. Que un gobierno democrático,
como el gobierno argentino, diga por parte de algunos de sus voceros en forma
pública y acuse a la comunidad judía o a autoridades de sus instituciones de
conspirar contra el Estado argentino es un lenguaje que, evidentemente, si
siempre fue peligroso y fue preludio de cosas trágicas, hoy es muy peligroso
especialmente cuando estamos hablando de un país que sufrió dos atentados y que
nunca pudo poner a los culpables, porque saber quiénes son se sabe pero nunca
se pudo llevar a los culpables ante la justicia. Dos atentados, además de
muchísimos muertos, el de la AMIA fue además de muchísimos muertos en relación
con los atentados gravísimos en el resto del mundo y en un momento en que
además de shock porque el fiscal que lleva la causa aparece muerto. Y además se
genera una situación conflictiva pública donde aparece el antisemitismo, porque
la causa que seguía el fiscal ha ido cayendo en una escalera donde se archivan
cosas, donde se cambian veredictos, ya hay un dictamen de que fue suicidio.
—A diferencia de Europa los integrantes de las
comunidades no han tenido que migrar hacia Israel para buscar refugio, ¿esa es
la diferencia actual de América Latina?
—No se ha llegado a tonos de violencia, es
cierto. Lo que sí es alarmante en Latinoamérica es que no todos los gobiernos
actúan de la misma manera frente al antisemitismo y eso es muy grave porque
deja desprotegida no solo a la comunidad judía sino a toda la sociedad. Cuando
en Chile mataron hace dos años a una persona por ser homosexual y la sociedad
salió a la calle y el Congreso se dio cuenta de que tenían que hacer una
legislación antidiscriminatoria, eso habla de una reacción positiva. Pero
cuando se dice que la comunidad judía es “conspiradora”, bueno, nos
acordamos de los Protocolos de los Sabios de Sión y de lo que pasó después.