Discurso del Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay Sergio Gorzy

08/Sep/2015

Discurso del Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay Sergio Gorzy

Por un momento imaginemos el Uruguay y el mundo de 1916, hace casi 100 años. O el Uruguay y el mundo de 1940 hace 75 años. En 1916, si bien había judíos desde antes, por primera vez se unieron para fundar una organización judía que aún hoy sobrevive y es la más grande en cantidad de integrantes. Es la Kehila o Comunidad Israelita del Uruguay que hoy preside mi amigo Alberto Buszkaniec. El y su gente festejarán los 100 años en este año que para nosotros comienza ahora en setiembre.
Pero en 1940, en pleno auge del nazismo en Europa, del fascismo en varios lugares del mundo, las instituciones judías entonces existentes en nuestro país se unían bajo el lema Comité Central Israelita, para luchar fundamentalmente contra el antisemitismo.
Desde ese entonces este Comité, es la representación política de la colectividad judía del Uruguay, integrando el Congreso Judío Latinoamericano y por ello el Congreso Judío Mundial que nuclea a más de 100 colectividades judías del mundo.
Los judíos del Uruguay hace 100 años decíamos gracias al país que nos abría las puertas con todos los derechos de cualquier residente y luego ciudadano de este hermoso Uruguay.
Los judíos de hace 75 años seguíamos dando las gracias a este país de la escuela laica, gratuita y obligatoria y a sus universidades públicas en las cuáles se formaron nuestros abuelos y nuestros padres.
Hace 67 años los judíos dábamos las gracias al gobierno de Luis Batlle Berres y al inolvidable Rodriguez Fabregat que en la Naciones Unidas defendió como pocos el nacimiento del único estado judío del mundo en la tierra de nuestros ancestros después de 2000 años de sufrimientos y persecuciones.
Hace un tiempo agradecíamos al Dr Lacalle haber encabezado la lucha en la ONU para la eliminación de la equiparación del sionismo con racismo, pocas cosas más racistas y discriminatorias que esa nefasta resolución de la ONU.
Y seguimos diciendo gracias cada vez que pudimos, pero el tiempo pasó. Ya somos muchos los uruguayos judíos que venimos de 3 o 4 generaciones atrás. La mayoría de todos los que hoy estamos acá, judíos o no judíos, somos descendientes de los barcos, de los mismos barcos incluso.
La llegada del año nuevo judío marca el camino de 10 días en los cuáles llegaremos al Dia del Perdon. Son 10 días en donde los judíos reflexionamos, hacemos balances de lo que hicimos en el último año, de lo que creímos que íbamos a poder hacer, y también comenzamos a planificar el próximo año. Y a modo de balance seríamos tremendamente injustos si después de 100 años no reconociésemos el paraíso que encontraron nuestros antepasados en Uruguay.
Un día charlando con alguien que seguramente todos conocen, Pipe Stein, me hizo una observación que me parece buena compartirla hoy. Tiene que ver con dar las gracias o ser agradecido.
Si alguna vez dijimos gracias por darnos derechos plenos, por permitirnos desarrollar nuestra identidad, integrándonos sin obligarnos a asimilarnos, hoy nos cuestionamos si sólo nos corresponde seguir agradeciendo, siendo que hace ya un rato largo que junto a los derechos tenemos obligaciones. Y esas obligaciones nos llevan a decirles a quienes no pertenecen a nuestra colectividad que estamos aquí, para luchar codo con codo, para compartir aciertos y errores, desde todos los sectores de la sociedad, para recuperar lo que hemos perdido para mantener las cosas lindas que tenemos del ser uruguayo, y para juntos forjar el Uruguay cada vez mejor y más grande que está en nuestros sueños.
Hoy hablamos en nombre de la colectividad judía del Uruguay y de la misma cantidad de uruguayos judíos que hoy viven en Israel, cuyo amor por nuestra bandera pudimos ver hace dos años en las tribunas de un estadio de Jordania, y que hace un año vivieron 50 días en refugios subterráneos mientras miles de misiles caían indiscriminadamente sobre sus casas.
Por ellos y por nosotros le decimos al gobierno de mi país, al gobierno de mi ciudad, a quienes nos gobernaron y nos gobernarán, a quienes comparten con nosotros los mismos sueños de libertad, de democracia, de paz, de respeto a la diversidad y de respeto a los derechos humanos, que en lugar de seguir dando las gracias, les decimos en voz bien alta:
SEPA NUESTRO URUGUAY QUE ACA ESTAMOS, QUE CUENTA CON NOSOTROS ASÍ COMO YA SABEMOS QUE NOSOTROS CONTAMOS CON NUESTRO URUGUAY.