Discurso de la Canciller Angela Merkel en el acto organizado por el Consejo Judío Central en Alemania celebrada en Berlin el 14 de setiembre en la Puerta de Brandenburgo, contra el Antisemitismo, la Discriminación y el Nunca Más

29/Sep/2014

Discurso de la Canciller Angela Merkel en el acto organizado por el Consejo Judío Central en Alemania celebrada en Berlin el 14 de setiembre en la Puerta de Brandenburgo, contra el Antisemitismo, la Discriminación y el Nunca Más

El hecho de que hoy vivan nuevamente en Alemania más de 100.000
judíos es casi un milagro. Es un
precioso regalo que me llena de gratitud.
Nos indigna ver que hoy
en Alemania hay personas que son insultadas, atacadas o amenazadas por su
condición de judío, o por su apoyo al Estado de Israel.
Es algo que no puedo
aceptar. Y que nadie de los aquí
presentes está dispuesto a aceptar, y que hay muchos, muchos más que comparten
mis pensamientos.
Me duele cuando escucho
que jóvenes parejas judías se preguntan si pueden criar a sus hijos en
Alemania, o cuando escucho a personas mayores cuestionarse si hicieron bien en
quedarse a vivir aquí.
Queremos enviar desde
aquí un mensaje claro: la vida judía pertenece a nuestro país. Es parte de nuestra identidad y de nuestra
cultura.
Queremos enviar un
mensaje claro que en este país no hay lugar para la discriminación y la
exclusión. Tanto yo, como quiénes nos
acompañan hoy aquí, y por cierto la
mayoría del pueblo alemán lucharemos contra la discriminación y la exclusión.
Queremos enviar un
mensaje claro que después de la Shoa, donde se traicionaron todos los valores
de la humanidad, Alemania es consciente
de su permanente responsabilidad para actuar enérgicamente contra el
anti-semitismo o más aún, de prevenirlo.
En los últimos meses hemos sido aun más conscientes en que debemos estar
muy atentos.
Vemos las pérfidas
intenciones del antisemitismo: señalar a los judíos como extranjeros en este
país. Y nuestra respuesta es clara:
amigos, vecinos, colegas judíos, Alemania es su hogar.
En nombre de todo el
gobierno alemán, condeno enérgicamente toda forma de antisemitismo tanto en
Alemania como en Europa. Rechazo
totalmente todo comentario o ataque antisemita, y más aun rechazo lo que
presenciamos en las demostraciones pro palestinas, que si bien parecen ser una
crítica a las políticas del Estado de Israel, en realidad son pura y
simplemente expresiones de odio hacia el
pueblo judío.
Es especialmente
intolerable que se enseñen slogans antisemitas a los niños, y que luego las
repiten en demostraciones de ese tipo.
Quien utilice una legítima crítica a las acciones
políticas, ya sean de nuestro país o del Estado de Israel simplemente como
pretexto para expresar su odio a otro pueblo, su odio hacia los judíos, utiliza
mal el derecho fundamental de la libertad de expresión y de reunión.
Quien insulta verbalmente
o ataque a quién usa una kippa o una estrella de David, o inflija lesiones
graves a una persona, nos hiere y nos ataca a todos.
Quien profana tumbas en
un cementerio judío, denigra nuestra cultura.
Quien ataca a una
sinagoga viola los propios cimientos de nuestra sociedad libre.
Hemos oído comentarios
que más parecen ser una declaración de guerra contra las relaciones amistosas
entre las diferentes religiones y comunidades en nuestro país.
Hemos presenciado
crímenes de guerra que constituyen un ataque a nuestra libertad y a la dignidad
humana.
No podemos, no debemos
mirar al costado. Y no lo haremos. Es por eso que estamos aquí hoy.
Y no solo eso, la lucha
contra el antisemitismo es un deber de nuestro país y de todos sus
ciudadanos.
Es por eso que las
autoridades a cargo de la seguridad toman muy en serio los ataques a los judíos
o a las instituciones judías. Permítanme
decir que cada uno de esos incidentes debe ser tomado muy en serio. Los crímenes y las manifestaciones
antisemitas serán castigados con todo el rigor de la ley.
Y eso también se aplica a
los ataques a las mezquitas. Tampoco
serán tolerados y también serán enérgicamente castigados.
Pero, en primer lugar y
por sobretodo, tenemos que asegurarnos que estos ataques no sucedan.
Es la tarea de todos y
cada uno de nosotros. Responde a nuestro
sentido de responsabilidad por el bien de la comunidad. Pero eso
requiere coraje, iniciativa, solidaridad, tolerancia y una mente
abierta, esos valores que hacen a la sociedad humana y que nos permiten
enfrentar los desafíos del futuro; esos valores que tenemos que recalcar una y
otra vez.
A estos efectos, mi
gobierno apoya un amplio espectro de actividades: trabajamos especialmente con
los jóvenes y con sus padres en proyectos que promueven la tolerancia, fortalecen la capacidad de la sociedad y la comprensión
de la democracia.
Si queremos erradicar
toda forma de extremismos, discriminación ideológica y violencia, debemos
comenzar con la familia.
Exhortamos a los jóvenes
y a los no tan jóvenes a trabajar comunitariamente y comprometerse con la
sociedad civil. Estamos invirtiendo en la
educación y en los memoriales para que
ésta y las futuras generaciones recuerden y conozcan el capítulo más oscuro de
la historia alemana: la Shoa, la negación sin precedentes de los principios
básicos de la civilización.
Es un deber que tenemos
con las víctimas, con sus descendientes
y con todos nosotros, si es que nos importa el bienestar de nuestro país.
Queremos que el pueblo
judío se sienta seguro en Alemania. Que
tengan la certeza que este es el país de todos, un hogar donde al igual que el resto
de sus ciudadanos tendrán un futuro brillante.
Nuestra participación en
este acto tiene un mensaje muy importante,
mostramos que no toleraremos el antisemitismo, el extremismo o las
acciones inhumanas.
Demostramos nuestro
respeto, nuestro respeto por la fe y por la religión de todos, ya sean judíos,
musulmanes o cristianos. Mostramos
nuestro deseo de vivir en una sociedad en paz y armonía.
Este es nuestro
mensaje. Confío en que se difunda por
todo nuestro pueblo y por todo el mundo.
Muchas gracias