¿Desde el río hasta el mar?

15/Mar/2024

El País- por Agustín Iturralde

El País- por Agustín Iturralde

“Desde el río hasta el mar” fue una de las consignas con las que se convocó al 8M. Se trata nada menos que una de las consignas preferidas del grupo terrorista Hamás. El río es el Jordán y el mar es el Mediterráneo, y la proclama hace referencia a la aspiración de tener un único Estado Palestino que implica necesariamente la desaparición del Estado de Israel y la renuncia a la solución de dos estados.

Uno podría pensar que la mayoría de las personas que cantan esto, y lo pusieron en sus convocatorias, lo hacían como un gesto de empatía con el sufrimiento del pueblo palestino, pero que no son realmente concientes de lo que implica. Pero si sumamos la aparición de unos muñecos con la estrella de David atravesados por una lanza, que notoriamente intentaban demonizar a los judíos, esto ya tomó otro color. O nos paramos firmes o esto se va de las manos.

Lo que vimos hace una semana en 18 de Julio tiene que haber sido un límite a lo que estamos dispuestos a tolerar como sociedad. Las expresiones antisemitas en Uruguay están creciendo sin dudas, la cronología de acontecimientos que recoge una nota de El Observador de hace tres días pone los pelos de punta. Evidentemente, teníamos un antisemitismo escondido en nuestra sociedad a la espera de una buena excusa para verbalizar su odio. La excusa es la guerra en medio oriente, pero es solo una excusa.

Y esto no tiene nada que ver con criticar la política del Estado de Israel. Es natural y saludable que no todos veamos del mismo modo lo que sucede en el conflicto en la Franja de Gaza. Pero lo que sucedió cruzó esta línea por varios cuerpos. La empatía con el sufrimiento del pueblo palestino es una causa noble, no así la simpatía con un grupo terrorista fundamentalista islámico.

Las expresiones antisemitas se están viendo en varios lugares, pero es en extremo llamativo que también tenga lugar en el 8M de parte de personas que se reivindican feministas. ¿Dónde avanzaron más los derechos de las mujeres? ¿Dónde es un mejor lugar para ser mujer y desarrollarse con libertad? ¿Dónde rige la ley israelí o dónde manda la dictadura de Hamás? No hace falta contestar.

La imagen de los muñecos antisemitas recorrieron el mundo. Solo eso ya es un motivo de vergüenza y preocupación. Si le sumamos la participación de menores de edad en la difusión de estas ideas ya estamos en un nivel desconocido.

Y nada de esto debe deslegitimar la movilización más masiva que tiene lugar todos los años en nuestro país. Una reivindicación de los avances y reclamo por lo que resta en la situación de las mujeres. Un espacio en el que la inmensa mayoría de las participantes lo hacen con alegría y sin odio. Este año algunos poquitos lograron empeñar una parte de lo sucedido. Como había sucedido otras veces con temas mucho menos graves, la inmensa mayoría de personas no comulga con estas expresiones violentas y reivindica una causa más que justa.

Desde que empezó la guerra en Uruguay estamos naturalizando expresiones antisemitas, lo sucedido hace una semana tiene que haber sido un límite. O cerremos bien fuerte la puerta que algunos haciéndose los distraídos empiezan a abrir o nos podemos lamentar cosas mucho peores.