Dejen de culpar a Israel por la militarización de niños que realizan la Autoridad Palestina, Hamas y la Yihad Islámica

18/Ago/2023

Infobae- por Deborah Soffen

Infobae- por Deborah Soffen 

La ONU debe, de una vez por todas, responsabilizar a los terroristas y a todas las entidades que lavan el cerebro de los jóvenes y los introducen en una cultura de odio hacia los judíos. Crédito foto: Christopher Furlong/Getty Images.

Recientemente se publicó el informe anual del secretario general de la ONU sobre “Niños y Conflictos Armados” (CAAC), que cubre de enero a diciembre 2022. El noble objetivo del informe de “comprometerse con las partes responsables de las violaciones que podrían conducir a un cambio de comportamiento, incluida la promoción de la rendición de cuentas y el cumplimiento del acatamiento de las disposiciones de protección de los niños en los procesos de paz” sería plenamente aceptado por el Centro Simon Wiesenthal (CSW) si la Representante Especial de las Naciones Unidas (ONU) para los Niños y Conflictos Armados, Virginia Gamba, se hubiera asegurado de que las “graves violaciones verificadas” que incluyó en la sección titulada “Israel y el Estado de Palestina” reflejasen la totalidad de los hechos que realmente acontecieron sobre el terreno.

La frase clave en todo el informe es “las partes responsables”. Reconocer quiénes son las partes verdaderamente responsables de las graves violaciones contra los niños palestinos e israelíes es esencial para que todos los interesados crezcan en una región que respete sus derechos como niños. El principal entre estos derechos es el de ser protegido contra la violencia.

Mientras que la CAAC se refiere al “Estado de Palestina”, Gamba no nombra a la Autoridad Palestina, llamando en cambio sólo a la Yihad Islámica y nombrando sin especificar a “grupos armados palestinos”:

“Estoy profundamente preocupada por el incremento de la matanza y mutilación de niños por parte de los palestinos de la Yihad islámica de Al Quds”.

“Llamo a todos los grupos armados palestinos a dejar de lanzar indiscriminadamente cohetes y morteros desde áreas densamente pobladas en Gaza hacia centros de población civil israelí”.

“Insto a todos los grupos armados palestinos a proteger a los niños, evitando incluso que se los exponga al riesgo de sufrir violencia y a abstenerse de utilizarlos con propósitos políticos”.

“Reitero mi llamado a los grupos armados a concluir y prevenir el reclutamiento y uso de niños y a acatar sus obligaciones legales nacionales e internacionales”.

Palabras de bienvenida. Pero luego Gamba añade esta súplica Orwelliana: “Exhorto a los grupos palestinos armados a proteger mejor las escuelas”.

¿Proteger mejor? De algún modo, perdida en la traducción, estaba la propia condena de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) hacia Hamas por ocultar túneles terroristas y armas debajo de sus escuelas en Gaza en diciembre 2022.

Mientras que las estadísticas acerca del reclutamiento de niños para ser usados en combate y en otros roles, está diligentemente incluido en otras regiones del conflicto mientras está conspicuamente ausente del informe cualquier mención a los niños palestinos reclutados para el combate por Hamas, Yihad Islámica y la Autoridad Palestina. Más aún, en ningún lado se menciona al régimen iraní – jefe del poder desestabilizante en la región-, por financiar a esas entidades e incitar y reclutar niños para que formen parte en la “lucha armada” contra el Estado de Israel. Mientras el uso de niños como escudos es condenado, es a Israel y no a Hamas a quien la CAAC acusa de implementar estas tácticas inhumanas, perpetuando la larga historia de discriminación de la ONU contra el Estado judío.

El informe de la CAAC, de hecho, provee un pase libre moral para terroristas adolescentes palestinos mientras que insiste que Israel debe tomar acción para no dañar estos niños. Cuando en la conferencia de prensa para el lanzamiento del informe se le preguntó sobre si las cifras de niños palestinos asesinados, heridos o detenidos por Israel deberían excluir a militantes fuertemente armados, la Representante Especial Gamba declaró que era “lamentable” pero irrelevante para el informe.

“Un niño es un niño es un niño, incluso cuando sean perpetradores de violencia”, dijo Gamba. Además, otorgó legitimidad a los grupos terroristas al darle la bienvenida a las cartas recibidas de Hamas y la Yihad Islámica Palestina que supuestamente contenían “medidas prácticas” de estos terroristas. Piensen en el informe de la ONU del 11/09 que elogia las comunicaciones constructivas de Al Qaeda.

Con respecto a Israel, la Representante Especial de la ONU dijo:

“Me preocupa mucho el continuo incremento en el número de niños detenidos por Israel, y los informes por parte de niños sobre la violencia física ejercida contra ellos durante la detención. Reitero mi llamamiento a Israel a cumplir con las normas internacionales de justicia juvenil… para poner fin a la detención administrativa de niños, y para evitar cualquier tipo de violencia y malos tratos durante la detención”.

Dada la declaración de la Representante Especial acerca de que “un niño es un niño”, ¿no es “abuso social infantil” que a los niños palestinos se los ponga en caminos dañinos? ¿De quién es la culpa cuando un adolescente palestino adoctrinado y reclutado para matar judíos y tornarse un mártir es neutralizado por las fuerzas israelíes? ¿El mundo espera que las Fuerza de Defensa de Israel primero debe chequear la identidad para ver si el terrorista que dispara su arma ya cumplió 18 años?

Para cambiar el mortal estatus quo, el mundo debería mirar cómo los niños palestinos están pasando su vacación de verano. El Centro Simon Wiesenthal urge al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a enviar una persona otra vez a Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este para investigar un informe autorizado recientemente lanzado por el respetado instituto MEMRI. Trata el adoctrinamiento de niños palestinos en 630 campos de verano este año. El MEMRI centró su informe en uno de los temas que la Representante Especial Gamba no: ¿Por qué la juventud palestina se está volcando al terrorismo y al odio genocida? ¿Quiénes son los perpetradores? ¿Quién lo financia?

Dos expertos del MEMRI proveen respuestas inquietantes:

Operado por el Alto Consulado de la OLP para la Juventud y Deportes, que está dirigido por el miembro del Comité Central Fatah Jibril Rajoub, a los campos fueron algo de 65.000, niños y niñas. Los campos son plataformas para adoctrinamiento político e incitación contra Israel. Este año, como en el pasado, el contenido que impartieron incluyó glorificación de terroristas, no reconocimiento de Israel y llamadas a retorno de refugiados palestinos a su tierra de origen, incluido dentro de Israel. Como parte de inculcar la narrativa de los derechos al retorno, actividades a menudo incluían motivo de la clave como símbolo de este derecho.

Y el informe identificó financistas claves de los campos:

Yo debería notar que el Alto Consulado de la OLP para la Juventud y Deportes, que opera los campos, recibió financiación en el pasado de organizaciones como la Unión Europea y de la ONU, incluido el fondo para Naciones Unidas por los niños UNICEF y el programa de desarrollo UNPD. Hoy continúa siendo el órgano palestino oficial que colabora con organismos internacionales para proyectos del empoderamiento de la juventud, incluido con la ONU y UE, que proveen servicios de tutoría y asesoramiento.

Todos asociamos campo de verano con diversión, sociabilización y crecimiento personal. Pero en la sociedad palestina, esa no es la realidad. Secretario general Guterres: hay mucho más que las agencias de la ONU pueden hacer para proteger a niños palestinos e israelíes, pero el paso 1 es finalmente hacer responsable a la Autoridad Palestina, Hamas, Yihad Islámica y otras entidades por lavar la cabeza a niños con la cultura del odio genocida y entrenamiento de la próxima generación de terroristas.

No desmantelar el mortal estatus quo sólo va a asegurar otra generación perdida, con la paz y reconciliación en la Tierra Santa, un sueño distante e inalcanzable.

La Doctora Deborah Soffen es pediatra y activista comunitaria desde hace mucho tiempo. Recientemente ha sido designada Primera Defensora de los Niños del Centro Simon Wiesenthal