Crítica del Centro Wiesenthal a reunión convocada por la paz entre Israel y los palestinos

01/Abr/2011

Iton Gadol

Crítica del Centro Wiesenthal a reunión convocada por la paz  entre Israel y los palestinos

31.03.2011
El Centro Simon Wiesenthal participó en la Reunión de Naciones Unidas en apoyo a la paz israelo-palestina, que convoca a delegados de América Latina y el Caribe y que se realizó en Montevideo entre el 29 y 31 de marzo. El Centro Wiesenthal se quejó porque la reunión convocada para promover la paz en Medio Oriente se transformó en “un nuevo paso hacia la próxima conferencia de Durban III”.
La delegación palestina, encabezada por Saeb Erakat (miembro del Comité Ejecutivo de la OLP) enfatizó que la retirada de Israel hacia las fronteras previas a la guerra de 1967 y la aceptación de Jerusalem Oriental como capital de un estado palestino son pre-requisitos para sentarse a negociar. Otros delegados palestinos explicaron que están trabajando de manera unilateral para obtener reconocimiento y membrecía plena como Estado ante las Naciones Unidas en septiembre de 2011.
El Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon envió un mensaje para los delegados en el cual condenó la violencia contra los israelíes pero hizo hincapié en que Israel “debe detener la construcción de nuevos asentamientos” y que Jerusalem debe ser capital de los dos estados.
“La reunión de Montevideo es un nuevo paso hacia la próxima conferencia de ‘Durban III’, que acontecerá de manera paralela a la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2011. El proceso de Durban comenzó como un festival de odio antisemita y su naturaleza no ha cambiado hasta el presente”, señaló el Shimon Samuels, director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal.
Sergio Widder, director para América Latina del Centro Wiesenthal y delegado en la reunión de Montevideo, señaló que “este es un nuevo encuentro sesgado dentro del marco de las Naciones Unidas, en el cual Israel es responsabilizado por la falta de paz y los palestinos son presentados como víctimas sin responsabilidad por la situación presente. Resulta alarmante que entre las intervenciones de delegados de la sociedad civil escuchamos lamentaciones por la ausencia de representantes de Hamas, la defensa de este grupo terrorista como ‘movimiento de resistencia’ y argumentaciones conspirativas tales como ‘el gobierno de los Estados Unidos obedece a sus patrones’”.
Una mayoría de los participantes fue muy receptiva hacia la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones – BDS, y adhirió a la argumentación contra el tratado de libre comercio entre el MERCOSUR e Israel.
A continuación, la presentación completa del Centro Wiesenthal al plenario:
“Hemos asistido a dos días de reuniones y debates convocados con la intención de promover la paz entre Israel y Palestina, y hoy hemos sido convocados, en tanto organizaciones de la sociedad civil, para contribuir a ese fin tan anhelado.
Sin embargo, las propuestas genuinas de entendimiento han sido escasas. Toda la responsabilidad por la situación presente se ha atribuido de manera exclusiva a Israel. Se ha expuesto un programa de acción unilateral con el fin de imponer a Israel cuáles deben ser las fronteras de ambos estados y cuál debe ser el status de Jerusalem sin negociaciones previas entre las dos partes.
Garantizar las vidas y la seguridad de los israelíes no es un valor para este foro. Un grupo terrorista como Hamas, que explícitamente pretende la destrucción de Israel, y cita en su Carta Orgánica teorías conspirativas antisemitas, ha sido caracterizado como un partido ordinario. ¿Cómo es posible avanzar hacia la paz cuando Hamas rechaza las tres exigencias del Cuarteto: 1) Reconocimiento de Israel; 2) renunciar al terrorismo y la violencia; 3) aceptación de los acuerdos y obligaciones previas.
Durante este encuentro en Montevideo se ha reivindicado, con justicia, al diplomático uruguayo Enrique Rodríguez Fabregat como promotor de la resolución 181 del 29 de noviembre de 1947, que estableció la creación de dos estados, uno judío y uno árabe, y se reclama ahora el cumplimiento efectivo de la misma. Ojalá el mundo árabe y los palestinos hubiesen aceptado tal resolución en 1947; el Estado palestino estaría celebrando 64 años de existencia. Hay quienes dicen que es mejor tarde que nunca, pero ésta es una muestra más de la responsabilidad que le cabe al pueblo palestino por no haber alcanzado la paz hasta el presente.
Estamos de acuerdo en la necesidad de un diálogo que conduzca a la paz; pero para poder dialogar tiene que existir un reconocimiento y un respeto recíproco. Deben cesar los ataques terroristas, las amenazas a la existencia de Israel, y las campañas de deslegitimación, demonización y boicot, así como también la glorificación de terroristas en las escuelas, las mezquitas y los medios de comunicación.
La condición sine qua non para la coexistencia es el rechazo total de la violencia y el terrorismo.
No creemos que la reunión de Montevideo haya contribuido a tal dirección. Por el contrario, fue apenas otro ataque premeditado contra el Estado de Israel”.