Un maestro hacía justicia ante sus discípulos entre dos querellantes. Tras una larga reflexión, el rabino decidió dar la razón al primero en exponer su caso. Pero, cuando hubo terminado el segundo su defensa, el juez también le dio a éste la razón. Tras otra reflexión, el maestro contestó a los discípulos que le manifestaban su sorpresa: “En efecto, ustedes también tienen razón”.
Con razón o sin ella
14/Ago/2010