“Brasil no tiene ninguna afinidad con Irán”

04/Abr/2011

Infobae

“Brasil no tiene ninguna afinidad con Irán”

03-04-11 | POLÍTICA Lo afirmó Marco Aurelio García, principal asesor de Dilma Rouseff en asuntos internacionales. Y explicó que el nuevo Gobierno pondrá énfasis en los derechos humanos y mantendrá a América Latina entre sus prioridades
García, quien también fuera asesor de Luiz Inacio Lula da Silva desde su asunción en 2003, afirmó al diario O Estado de Sao Paulo que exiten marcadas diferencias en política exterior de Rousseff.
Esos cambios “son determinados no sólo por las alteraciones en la realidad internacional, sino también por la diferente percepción que la presidenta tiene en relación al mundo”, argumentó.
“Lula siempre dio gran énfasis a las cuestiones sociales. Dilma mantendrá esa sensibilidad del gobierno anterior, pero quiere enfatizar las cuestiones ligadas a su pasado de prisionera política”, añadió.
García aseguró que las prioridades del gobierno Rousseff continuarán en línea con las de su antecesor. “Lo fundamental -y continuará en este gobierno- es la buena relación con América del Sur, América Latina, Africa, China, India, la Unión Europea y Estados Unidos”, concluyó.
El asesor aludió a la votación de Brasil en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en marzo, a favor de la creación de una relatoría para evaluar la situación de derechos humanos en Irán, un gesto que fue interpretado por analistas como un cambio con relación al gobierno de Lula, que se había mostrado más abierto al diálogo con Teherán.
Aseguró que Brasil no tiene “ninguna afinidad con el gobierno de Irán”. Y añadió: “Ellos son religiosos, nosotros somos una república laica. Ellos tienen leyes que condenamos”.
García defendió sin embargo el acuerdo negociado por Brasil con Turquía e Irán en 2010 para intentar buscar una salida negociada al espinoso tema del programa nuclear iraní, un pacto que fue rechazado por las potencias occidentales y tensó las relaciones entre Brasilia y Washington.
También tuvo palabras para el dictador libio, Muammar Khadafi. Indicó que Brasil no tiene “ninguna simpatía por Khadafi ni por ningún régimen autocrático en aquella región” del mundo.
Pero enfatizó que el país no pide su salida del poder. “Brasil no incorporó ese tema” en su agenda, remarcó, al defender la abstención del gigante sudamericano en la votación que dio paso al uso de la fuerza para imponer un cese del fuego en Libia en el Consejo de Seguridad de la ONU, que Brasilia integra de forma temporal.