Barenboim: no sólo músico

26/Ago/2010

Por Hugo García Robles

Barenboim: no sólo músico

LAS COLUMNAS
Barenboim: no sólo músico
HUGO GARCÍA ROBLES
En el reino de la música como en toda actividad en la que los hombres son los protagonistas suelen superponerse luces y sombras. Son muchas las ocasiones en las que el genio artístico se instala en alguien que no responde con iguales credenciales en lo moral o en sus actitudes cotidianas. Por supuesto, también existen ejemplos de maravilloso equilibrio, casos en los cuales la armonía entre el artista y el hombre no ofrece disonancias, para emplear referencias de orden musical. Beethoven y Wagner pueden ser modelos de las dos maneras. El primero golpeado por mil males, la sordera no fue el único, pugnó contra ellos superándolos y entregando con generosidad sin límite la alegría a los hombres, bien que él no poseyó sino en pocos momentos de su vida. En cuanto a Wagner, su enorme genio convivió con un espíritu muchas veces lindante con lo canallesco, como lo ilustra su libelo “Del judaísmo en música”.
En la actualidad, el maestro Daniel Barenboim, que brilla tanto como pianista, director o pedagogo, encarna ese tipo de artista superior que concilia el ejercicio de su talento con la devoción a objetivos humanitarios luminosos.
En estos días está en su Buenos Aires natal cumpliendo una serie de actividades y recibiendo el homenaje que merece de las autoridades del país hermano. La Nación ha dado noticia de todos estos hechos y de la felicidad que ganó al maestro ante la restauración del Teatro Colón, del cual alabó su acústica intacta.
Barenboim está en la capital argentina al frente de la West-Eastern Divan, la orquesta que ha formado con músicos palestinos e israelíes, en una maravillosa demostración de cómo el amor y el arte pueden limar diferencias terribles que el mundo político intenta sin éxito hasta el momento salvar.
La TV lo muestra felizmente a menudo en sus clases magistrales con jóvenes pianistas o bien, sentado él mismo al teclado, interpretando en particular sonatas de Beethoven. Hace prácticamente horas, termina de ofrecer un concierto al aire libre, en el Obelisco de Buenos Aires, con la citada orquesta. La actividad le dejará solamente libre el día jueves 26 que ha declarado dedicará a “comer bien y a escuchar tango”. No se puede ofrecer una más transparente calidad humana y artística encomiables.