El asesinato tuvo lugar poco antes de que el fiscal presentara evidencias al Congreso, que denuncian la anticipación de la presidenta Cristina Kirchner y del canciller Hector Timerman, entre otras personas, en una conspiración para absolver a Irán de toda responsabilidad en este ataque.
Según Nisman, el objetivo de absolver a Irán fue promovido por el deseo de resolver el problema energético de Argentina, llegando a un acuerdo de “petróleo por cereal”. Sin la absolución, este acuerdo nunca se hubiese dado.
Nisman encontró esta evidencia escuchando conversaciones legalmente interceptadas. Escuchó a un agente del servicio de inteligencia argentino que es miembro del grupo “La Cámpora”, un grupo militante pro gobierno encabezado por Máximo Kirchner, hijo de la presidenta. Este agente fue el nexo con Irán, quien además informaba a autoridades de la República Islámica sobre un plan argentino para plantar evidencia falsa, para poder acusar a un grupo de derecha por el atentado a la AMIA. Él es considerado el espía preferido de la Sra. Kirchner.
La idea de plantar evidencia falsa para implicar a grupos de derecha fue de Fernando Esteche, líder de Quebracho, un grupo muy violento que opera en Argentina, vocero defensor de Irán y rabioso antisionista.
El nexo con Irán fue reforzado por Luis D’Elía, un acérrimo antisemita asociado al gobierno kirchnerista, que asiste a seminarios en Irán financiados por el difunto presidente de Venezuela Hugo Chávez. D’Elía desarrolló fuertes relaciones con Irán, incluso con Moshen Rabanni, el hombre que se cree que sea el principal responsable por el atentado a la AMIA y quien hoy en día continúa supervisando una red de Hezbollah que opera en Brasil.
Nisman fue un héroe, un hombre de gran coraje en un país donde prevalece la impunidad. En 2013 expuso la presencia de células de Hezbollah en 12 países de América Latina. Nisman también tiene fuertes conexiones con Estados Unidos.
Aún no está claro quién cometió este horrible crimen. Pudo haber sido una orden de la presidenta, de los agentes de inteligencia leales a Kirchner o de los iraníes. En cualquier caso, es el gobierno de Cristina Kirchner el responsable de este crimen. La presidenta Kirchner debe de responder a la acusación hecha por Nisman, aunque él esté muerto.
Bajo el gobierno de la presidenta Kirchner Argentina sufrió un proceso de “Chavización”. Se convirtió en un régimen autoritario en una frágil democracia de 31 años. Kirchner ha confrontado el sistema legal intentando intimidarlo. Su gobierno es antiamericano y muy ideológico.
Yo personalmente no creo que normalizar las relaciones con Irán fuera simplemente para resolver un problema económico del país. Es una postura ideológica, ya que el gobierno argentino simpatiza con Irán y el antiamericanismo.
Es más, el gobierno argentino ha condenado la guerra contra el terror, incluyendo la lucha contra el Estado Islámico. Argentina también se abstuvo de emitir comunicado de condena a los ataques terroristas en Francia el 7 y 8 de enero, contra una revista satírica y un supermercado kosher en París.
No se espera que las autoridades argentinas conduzcan una investigación justa, ya que quien cometió este crimen lo hizo parecer un suicidio. La impunidad parece prevalecer. Sin embargo, además de este caso, queda claro que el gobierno argentino es cómplice del terrorismo.
Estados Unidos debería de suspender las visas a los miembros del gobierno argentino (así como a otros gobiernos latinoamericanos, en especial a los países del ALBA y Brasil) y de sus instituciones de seguridad como medio para presionar al gobierno argentino. Estados Unidos debe de trabajar en conjunto con Europa para que los líderes argentinos sean considerados personas non-gratas. Los países occidentales deben ejercer presión sobre los países de América Latina para que tomen este tema con seriedad y se unan a la lucha contra el terrorismo. Escribí sobre el desprecio de América Latina a las amenazas terroristas en mi último artículo (ver http://www.centerforsecuritypolicy.org/2015/01/17/in-latin-america-radical-islamic-presence-flourishes-while-key-countries-downplay-the-threat/).
Mientras escribo estas líneas las redes sociales movilizan a la población argentina para llevar a cabo grandes protestas. Creo que deberían de exigir nada menos que la renuncia del nefasto gobierno de Cristina Kirchner.
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