ISRAEL Y PALESTINA Mauricio Zieleniec Director del mensuario judío “Identidad”
2-6-2011
¿Por qué un movimiento de carácter terrorista como el Hamas llega a firmar un principio de acuerdo con Al Fatah de Cisjordania, cuando hace cuatro años Hamas impulsó un golpe de Estado en Gaza, contra la misma Autoridad Palestina? ¿Por qué ahora sí? ¿Qué momento diferente existe ahora frente al anterior? La AP de Cisjordania es secular, contraria al fundamentalismo islámico, acepta al Estado de Israel, mientras Hamas mantiene su postura integrista, que significa unificar gobierno y religión. No acepta la existencia de Israel y quiere un Estado Palestino que llegue hasta el Mediterráneo (sin Israel). Dice que los alto al fuego con Israel no son la paz, puesto que ella vendrá con la desaparición de Israel.
Veamos las razones para este cambio emergente de Hamas: un factor es que Siria, país en que Hamas tiene oficinas provisionales y un fuente apoyo, se encuentra tambaleante frente a los levantamientos internos, y una feroz resistencia popular, a pesar de las represiones del presidente Bashar Asad, ha causado ya unos mil muertos.
A todo esto, Hamas perdió el dominio parcial en Gaza no pudiendo dominar militarmente a todas las fracciones extremas que ejecutan acciones por sí mismas.
M. Abbas de la AP proyectaba una política exterior para obtener el reconocimiento del Estado Palestino, lográndolo en más de cien países; mientras Hamas lo único que hacía es provocar a Israel y a su población civil. Alterando la temperatura con Israel, provocándolo, para generar más acciones belicistas y mostrarse como agredidos. Esa política mezquina y provocativa no le resultó y está corriendo el riesgo de perder su poder político, frente a la AP.
Por otra parte Salam Fayyad, primer ministro de Cisjordania, se dedicó a romper la burocracia y corrupción y comenzó hace más de dos años a transformar la economía en una de las de mayor crecimiento del mundo. La mano de obra desocupada en la construcción es cero. El propio FMI confirmó que Cisjordania ya tiene la madurez para independizarse. Mientras, Israel la apoya indirectamente, manteniendo una retirada de su seguridad para darle mayor flujo en todo sentido, ya que los peligros de atentados son excepcionales.
No podemos ver a Hamas como una unidad monolítica, ya que hay sectores internos que aceptan la existencia de Israel y otros que desaprueban los actos terroristas. Sin duda dicho movimiento está ahora en franca puja.
El Ejecutivo israelí, que ha sido muy parco en las conversaciones de paz y muy criticado en la interna por la ex ministra Tzipi Litvni, marcó la poca voluntad de Netanyahu para concretar las conversaciones con la AP. Sin duda el actual gobierno israelí está desaprovechando un excelente momento de negociación para la paz, cuando por primera vez Cisjordania tiene demasiados intereses que perder, por el resurgimiento de su economía.
El mejor aliado israelí no es Obama; es, sin duda, el diálogo hoy suspendido.
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