Adolf Hitler no fue un héroe en la Primera Guerra Mundial

18/Ago/2010

La trayectoria del dictador en dicha contienda fue una elaborada fabricación del régimen nazi, según un reciente libro

Adolf Hitler no fue un héroe en la Primera Guerra Mundial

ABC España
Cultura
La trayectoria del dictador en dicha contienda fue una elaborada fabricación del régimen nazi, según un reciente libro
EFE / LONDRES
Día 17/08/2010
Adolf Hitler no fue un héroe en la I Guerra Mundial, ya que siempre estuvo alejado del frente de batalla, y el antisemitismo y radicalización que le llevaron al poder años después no nacieron a raíz de la dolorosa derrota en la contienda.
Así lo afirma el historiador de la Universidad de Aberdeen (Escocia) Thomas Weber en su libro “La primera guerra de Hitler”, en el que asegura que la trayectoria del dictador en la I Guerra Mundial fue una elaborada fabricación del régimen nazi. Weber basa su afirmación en nuevas cartas y documentos descubiertos en archivos alemanes, que sugieren que Hitler no sólo no fue un héroe en el campo de batalla, sino que sus compañeros se referían a él como “etappenschwein”, “un cerdo de la retaguardia”.
Hasta ahora, el consenso de los historiadores era que el joven Adolf Hitler se jugó la vida como portador de mensajes entre el mando y el frente de batalla, pero los papeles a los que ha tenido acceso Weber indican que era un mensajero de retaguardia y que siempre estuvo a más de 5 kilómetros de la primera línea. “La primera guerra de Hitler”, que estará a la venta en el Reino Unido a partir del próximo 16 de septiembre, sostiene que el Partido Nazi invirtió tiempo y dinero para suprimir cualquier evidencia física de la auténtica historia del “Führer” durante la guerra, con el objetivo de convertirlo en un político popular.
“El mito de Hitler como soldado valiente y la camaradería que vivió en las trincheras fue algo que el Partido Nazi usó desde el principio para extender su influencia más allá de la extrema derecha”, manifestó el historiador en un comunicado. Los nazis “hicieron todo lo posible para proteger esta idea”, destacó Weber, quien aseguró tener constancia de que unas memorias escritas por uno de los compañeros de Hitler fueron significativamente alteradas tras su publicación en 1933.
«Su vida durante la guerra era su auténtico talón de Aquiles»
Lo que los nazis consiguieron convertir en hecho histórico es que la I Guerra Mundial fue el caldo de cultivo político de Hitler, que se radicalizó por sus vivencias y su sentimiento de que Alemania fue humillada por los aliados con el Tratado de Versalles. Pero la realidad, según Weber, era que “la vida de Hitler durante la guerra era su auténtico talón de Aquiles” y que los nazis temieron durante mucho tiempo que su versión de los hechos se colapsara como un castillo de naipes si se conocía la versión de quienes estuvieron con él, o cerca de él, durante la contienda.
“Hitler era un elemento atípico en el regimiento al que pertenecía y realmente no sufrió una radicalización por la guerra”, subrayó el historiador, convencido también de que si Hitler vio reconocido su esfuerzo militar con la Cruz de Hierro fue porque estaba muy bien conectado, y no porque fuera un soldado valiente.
Relato exagerado
Weber afirma también en su libro que Hitler exageró el relato acerca de que fue el único soldado de su regimiento que sobrevivió a una batalla contra fuerzas británicas de élite. El historiador fundamenta la gran parte de sus revelaciones en los archivos del 16 Regimiento de Reserva de la Infantería Bávara (RIR 16), que hasta ahora no habían sido catalogados ni utilizados por los estudiosos para indagar en la vida del “Führer”.
Weber los encontró prácticamente intactos en el Archivo de Guerra de Baviera (Alemania), porque habían sido traspapelados e incluidos en el archivo general de la división a la que pertenecía el regimiento al que estaba adscrito Adolfo Hitler.
El historiador también compiló una lista de 59 judíos que formaron parte del mismo regimiento, logrando localizar a la familia de Hugo Gutmann, el oficial judío que propuso a Hitler para ser condecorado con la Cruz de Hierro en 1918. Igualmente, localizó a los familiares de Justin Fleischmann, un soldado judío cuyos diarios de guerra no reflejan en ningún momento que ya existiera un sentimiento antisemita en el regimiento o que los miembros del grupo se consideraran entonces nacionalsocialistas.
Es más, señala Weber, ni siquiera la mitad de los supervivientes del regimiento apoyaron políticamente a Hitler tras la guerra y en el año 1933 sólo el 2% de ellos era miembro del Partido Nazi. En este sentido, el libro revela que Hitler sólo acudió a una reunión de veteranos de su regimiento, en 1922, en la que fue “fríamente ninguneado”, por lo que nunca regresó, ni siquiera en 1934 cuando ya estaba en el poder y sus compañeros se reunieron para conmemorar el 20 aniversario del inicio de la I Guerra Mundial.
“Nunca pensé que escribiría sobre Hitler, porque hay muchos libros sobre su vida, pero descubrí que casi no sabemos nada sobre Hitler y la I Guerra Mundial, y que prácticamente todo lo que sabemos se basa en ‘Mein Kampf’ o en la propaganda nazi”, explicó. “Fue una sorpresa encontrar tanto material nuevo. Más del 70% de mi libro se basa en fuentes no utilizadas previamente”, aseguró.