Por Lic. Rafael Winter (Rufo), para CCIU
Fue un 26 de marzo de 1979. Menajem Begin y Anwar el Sadat los protagonistas. Con la intermediación del presidente norteamericano Jimmy Carter. Se firmó en la Casa Blanca, previos Acuerdos de Camp David de setiembre de 1978.
Ayer, 26 de marzo, se cumplieron 44 años del Tratado de Paz con Egipto.
Para lo cual fue necesario que de un lado y del otro hubiera, mas que políticos, verdaderos estadistas.
Realistas. Pragmáticos.
Que enfrentaron oposiciones internas para iniciar, desarrollar y concluir este proceso de paz.
Eso fueron en su momento Menajem Begin y Anwar el Sadat quien, al igual que Rabin años después, pagó con su vida sus esfuerzos por la paz.
Sadat quien ya en noviembre de 1977 dio un paso muy valiente, visitando Israel, hablando en la Kneset y reconociendo a Israel.
Ambos estadistas recibieron el Premio Nobel de la Paz.
Israel devolvió -y mucha gente lo desconoce, o se olvida o no lo reconoce- toda la enorme Península del Sinaí con ciudades y pozos de petróleo, a cambio del Tratado de Paz.
Por suerte, Menajem Begin tuvo un interlocutor válido…
No habrá sido un acuerdo perfecto.
Y no fue todo “color de rosa” en estos 44 años en las relaciones con Egipto. Hubo y hay altibajos.
Pero pasaron casi dos generaciones y hasta hoy perdura.
Desde que se firmó el Tratado, Egipto no volvió a encabezar o participar en guerras contra Israel, como sí lo había hecho varias veces entre 1948 y 1973.
Pero no solamente eso…
Egipto es de los países que combate el terrorismo en la región y podemos decir que es un factor estabilizador.
Incluso mediador cuando Israel tiene enfrentamientos con los terroristas.
Ojalá que perdure este Tratado.
Quedan aun muchos problemas por solucionar en el Medio Oriente.
Pero, de todos modos, gracias a la visión y el pragmatismo de Begin y Sadat, el Medio Oriente cambió.
Y ambos estadistas pasaron a la historia…
