5783-Un mensaje de esperanza…

23/Sep/2022

Por Lic. Rafael Winter (Rufo), de CCIU

Por Lic. Rafael Winter (Rufo), de CCIU

“Nos encontramos en los umbrales de un nuevo año judío, el 5783… Dos días: por calendario hebreo el 1 y 2 del mes de Tishrei (coincide con setiembre y a veces con principio de octubre). Una de las festividades judías más “familieras”… La cena familiar. Mantel blanco. Velas, Copa de vino. Bendiciones tradicionales. Símbolos de la festividad: manzana con miel, jalá redonda (todo apuntando a lo mismo: a la esperanza que el próximo año sea bueno, dulce, “redondo”).”

Pero no de optimismo…

Nos encontramos en los umbrales de un nuevo año judío, el 5783.

Ya desde hace días, el envío de Cartisei braja (tarjetas de saludos y buenos deseos) a familiares y amigos.

Como siempre, los preparativos, por sobre todo en el hogar.

Pero también las comunidades se preparan, las sinagogas…los rabinos preparando sus drashot (prédicas).

Y en pocas horas…ROSH HASHANÁ! Dos días: por calendario hebreo el 1 y 2 del mes de Tishrei (coincide con setiembre y a veces con principio de octubre). Una de las festividades judías más “familieras”…

La cena familiar. Mantel blanco. Velas, Copa de vino. Bendiciones tradicionales. Símbolos de la festividad: manzana con miel, jalá redonda (todo apuntando a lo mismo: a la esperanza que el próximo año sea bueno, dulce, “redondo”).

Símbolos, tradiciones y “gastronomía” ashkenazi y sefaradi.

Y el aspecto social fundamental: invitar a la mesa de Rosh Hashaná no solamente a familiares, amigos, sino a personas necesitadas, que por distintas razones no tienen donde ni con quien pasar la festividad.

Rosh Hashaná: el año nuevo judío que, si bien se celebra con alegría, es una alegría moderada, sobria, contenida.

Y por supuesto, el aspecto “sinagogal” de Rosh Hashaná.

Vamos a la Sinagoga. Nos envolvemos en el Talit, manto ritual de oraciones: llevamos nuestro Majzor, libro de rezos, plegarias. Hermosas plegarias.

Lectura de la Torá. Escuchamos atentamente la prédica del Rabino.

Y el momento culminante: cuando el Baal Tokea comienza a tocar el shofar, lo que en Rosh Hashaná, durante las mañanas, se hace reiteradamente.

El shofar que nos inspira, que nos hace reflexionar, que nos llama la atención, que “despierta” nuestras conciencias:

“¿Acaso se escuchará el shofar en la ciudad y nadie se estremecerá?” pregunta retóricamente el Profeta Amos.

Mitzva -precepto- principal de Rosh Hashaná, escuchar los sonidos del shofar.

Y a la tarde, la costumbre del Tashlij: acercarse al río, arroyo o mar más cercano, llevar trozos de pan y arrojarlos simbólicamente, como expresando el deseo de desprendernos de nuestras trasgresiones.

Cuando llegan estas altas festividades como Rosh Hashaná, hacemos – o deberíamos hacer- un balance. En hebreo se dice Jeshbon Hanefesh.

Balance tanto espiritual como colectivo. El individual es obviamente muy personal de cada uno.

El balance colectivo del año que pasó abarca, incluye muchos aspectos.

Hay como siempre claros y oscuros, altos y bajos.

Avance tecnológico pero que no es acompañado por el avance en cuanto a valores, que se destruyen.

Sin duda que han ocurrido hechos positivamente destacables, pero lamentablemente, por otro lado…

Terrorismo: en Israel y en distintas partes del mundo.

Disriminación en todas sus formas. El antisemitismo es una de ella.

Violencia, física y verbal.

Desigualdad, que se manifiesta en distintas formas.

Y las imágenes desgarradoras de la guerra. No solo de la guerra “en sí” que es lo peor, sino cuando vemos por ejemplo familiares que se despiden unos de otros para ir a guerras absurdas que nadie (o casi nadie) quiere, padres, hijos, hermanos que no saben por qué van y si volverán.

Sí: me refiero a uno de los peores acontecimientos del 5782, la guerra de Rusia contra Ucrania, pero se puede hacer extensivo a otras guerras también.

Una sola persona -más allá de contextos y circunstancias- es capaz de desatar una tragedia. Una sola.

Por eso decíamos en un principio: mensaje de esperanza, pero no de optimismo.

El Profeta Isaías expresaba ” y convertirán sus espadas en arados y no levantará más espada nación contra nación…”

Hermosas palabras de las cuales estamos muy lejos aún. Muy lejos.

De todos modos, nuestros mejores deseos para el 5783 que se inicia: para nuestro querido Uruguay; para Israel, próximo a cumplir…¡75 años! y cercano ya a los 10.000.000 de habitantes (quien lo hubiese dicho en 1948); para la comunidad judía uruguaya, personas e instituciones; para las comunidades judías de todo el mundo.

Y nuestros mejores deseos para la humanidad en general.

Por un año de SALUD. Por un año de SHALOM.

El deseo de TIKUN OLAM: aportar cada uno su “granito de arena” en beneficio del mejoramiento y progreso de la humanidad.

Por un año bueno y dulce.

¡SHANA TOVA UMETUKÁ, AÑADA BUENA Y CLARA, queridos amigos!