Michale es una mujer de treinta años que trabaja en Tel-Aviv en una oficina de contabilidad que proporciona servicios a instituciones religiosas. Divide su tiempo entre su hijo, su marido, su trabajo y el hombre con quien ella tiene una aventura amorosa. Pero una circunstancia trágica dará un vuelco a su vida.
Se trata de uno de los primeros filmes israelíes que mira crítica y humanamente hacia el barrio Havtika de Tel Aviv, abordando dignamente el universo sefardí. Se capta la fisonomía de este barrio donde la película está rodada principalmente, su arquitectura piedra a piedra, donde la belleza está ligada a la riqueza y a la generosidad de la población.