Hace 63 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobaba la propuesta de partición de Palestina, poniendo así fin a los casi 30 años del Mandato Británico, para crear dos Estados, un Estado judío y otro árabe.
Así como Theodor Herzl lo había propuesto 50 años antes, esa decisión implicaba el reconocimiento internacional del derecho del Pueblo Judío de vivir independientemente en su Tierra Histórica y poder así contar con un lugar sobre la tierra, seguro, tranquilo y por sobre todo, propio. Al mismo tiempo, se reconocía el derecho de la población árabe de Palestina, de tener también su propio Estado independiente.
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