Dos precisiones. Primero:- Criticar las decisiones de cualquier gobierno de Israel o su filosofía política, no es un acto antisemita sino el libre ejercicio del derecho de opinar, al igual que declararse antiisraelí o antisionista, sin perjuicio de lo cual cabe agregar que esto es discriminatorio en la medida que niega a los judíos su identidad nacional o, aún si la aceptara, niega a la nación judía el derecho a constituirse en Estado.- Segundo:- A pesar del acoso al cual se ve sometido, Israel se mantiene apegado a los más rigurosos niveles éticos y demostró que está dispuesto a asumir riesgos con tal de llegar a una paz; todo ello, mientras se le somete sin pausas a un oprobio internacional. Ante esta dualidad, llegó el momento de preguntarse:- ¿a qué se debe?.- (Por Nahum Bergstein)
