Comenzamos una nueva etapa en esta lucha que lleva tantos años y que tiene por objetivos fundamentales la paz y la verdad. Ambas son inseparables. Imposible concebir la paz basada en un contexto de mentiras o sobre una construcción de realidad ficticia.
Es que la colectividad judía uruguaya, aunque a 10.000 km del conflicto del Medio Oriente, se ve envuelta en él por la cobertura casi obsesiva que los medios le brindan al mismo, con énfasis en lo criticable –real o ficticio- que pueda pasar en Israel.
Esto nos afecta fuertemente ya que el viejo fantasma del antisemitismo no ha desaparecido y las noticias críticas han demostrado ser un buen combustible para el mismo.