P: No es secreto que las recientes votaciones del gobierno en las Naciones Unidas- absteniéndose en el tema del envío de un relator que investigue los derechos humanos en Irán pero votando de hecho a favor de formar una comisión que investigue el efecto de los asentamientos israelíes sobre los derechos humanos de los palestinos – han causado gran malestar en la colectividad judía de nuestro país. ¿Es posible puntualizar cuál es aquí el problema central?
R: Es una sensación inicial de desconcierto que deriva en un malestar. Si bien hay tecnicismos diplomáticos de los cuales no podemos opinar con solvencia profesional, la diplomacia no deja de ser una construcción humana y política. Por tanto se mueve por emociones e intereses y cálculos, sobre los cuales sí cualquier ciudadano puede aportar opinión válida. Irán es una tiranía con retórica y acción incendiaria. Financia el terrorismo internacional integrista islámico y se define como actora de los peores atentados en Occidente. No es la única, pero dicho rol lo desempeña como política de estado.
